10 de marzo de 2021

Un buen artículo para publicar

 Escrito por Amor Pérez-Rodríguez

Las personas que se dedican a la investigación tienen la obligación moral de la difusión de sus aportaciones. Por ello, la escritura de un artículo adquiere su valor en tanto que contribuye a un campo de saber específico.

La investigación tiene sentido cuando sirve para ampliar el conocimiento y aportar soluciones. Las personas que se dedican a la investigación tienen la obligación moral de la difusión de sus aportaciones. Por ello, la escritura de un artículo adquiere su valor en tanto que contribuye a un campo de saber específico, y como ejemplo a otras personas que investigan y pueden encontrar en ese texto referentes. De otro modo, la investigación realizada quedaría sin completar.

Publicar es una tarea que, a menudo, puede confundir. La publicación permite la difusión, la transferencia, y la posibilidad de que el trabajo sea citado. Ello es importante para quienes investigan, siempre que se gestione de manera eficaz.

¿Qué miran los editores para decidir si se trata de un buen artículo para publicar? Los editores de revistas científicas atienden a aspectos concretos para la estimación o la no consideración de un texto científico en sus revistas. Algunos de ellos tienen que ver con el artículo, y otros con la propia revista.

Artículo

Contribución a necesidades del saber. El artículo debe dar respuesta a tópicos de interés que puedan ser significativos, a los que la investigación llevada a cabo aporte resultados notorios, originales y novedosos. Y en última instancia, en ocasiones, debe contestar a un call /llamada determinado, o ajustarse al enfoque de la revista.

Referencias precisas, actualizadas y diversas. Cualquier estudio debe ser consistente en cuanto a la revisión del estado de la cuestión, antecedentes y actualidad de los tópicos seleccionados, cuidando lo sesgos en las citaciones. Por ello se recomienda atender a referencias de ámbito universal y de todas las tendencias y/o escuelas, utilizar entre 40-45 dependiendo de la naturaleza del trabajo (temática, enfoque…), incluir DOI …

Estructura. De acuerdo con la revista a la que se enviará el manuscrito, se deben seguir las indicaciones que en su normativa se especifiquen respecto de la composición, enfoque, extensión, palabras clave, resumen, cuerpo del texto, figuras y tablas, etc. Cuando se reciben artículos que no cumplen la normativa, para el consejo de edición es un mal indicador, pues evidencia que no se ha considerado ni leído la revista a la cual se envía el manuscrito.

Escritura. La expresión escrita es de vital importancia. El lenguaje utilizado para la escritura debe ser cuidadoso, conciso y claro. Las ideas deben exponerse con argumentos precisos y consistentes, evitando los rodeos innecesarios, el relleno o la duplicidad de la información. Y más si se escribe en la lengua materna y después va a ser sometido a una traducción. Una mala traducción lleva a un lógico rechazo.

Revista

La lectura de artículos en revistas científicas es la mejor manera de aprender a escribir un buen texto científico. Especialmente por lo que implica en el conocimiento de las normativas, parámetros y criterios generales para la publicación, además de por el contenido específico de las aportaciones.

La elección adecuada de la publicación, a la que se quiere remitir la contribución, dependerá de factores como el enfoque, el tópico y el nivel de los resultados del trabajo. En función de la consistencia e importancia del estudio (planteamiento de la investigación, tópico, muestra, volumen de datos, resultados significativos, …), se ha de determinar la revista, considerando su mayor o menor impacto. Ser riguroso en esta selección puede aliviar el estrés ante los posibles rechazos.

El envío. Es fundamental revisar, en el caso de los autores, según lo estipulado por la normativa de la revista elegida, que se han incluido los datos de identificación y correspondencia, filiaciones profesionales… ORCID y Google Scholar. La Carta de presentación (Cover Letter) no es un mero trámite ya que en ella se manifiesta la originalidad, la novedad del trabajo y se da cuenta de la sección de la revista a la que se dirige, facilitándose, si es el caso, el consentimiento informado de experimentación. En cuanto al manuscrito, es fundamental repasar la anonimización de autores; que el título es pertinente, conciso, directo y presenta de manera inequívoca el trabajo; la estructura y formato del resumen; las palabras clave; la extensión mínima/máxima recomendada; el desarrollo del cuerpo del artículo conforme a las normas; la metodología, resultados; la discusión y conclusiones; las referencias; y las imágenes y gráficos de calidad con información pertinente y no repetida en el texto.


Finalmente, poder contar con la opción y lectura de pares, previa al envío, implica la discusión y revisión que puede incidir en una mejora sustantiva del texto. Junto a ello la oportunidad de formar parte del consejo de revisión de una revista es una manera interesante de aprender y consolidar buenas prácticas tanto de par como de escritura. Un buen artículo alcanza su máximo valor cuando se difunde y comparte. Los buenos trabajos tienen mejores opciones para ser citados. Pero la visibilidad que se logra cuando se busca que la comunidad científica conozca y pueda discutir o tomar como referente el manuscrito es otro indicativo favorable. 

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Tomado de Comunicar. Escuela de Autores con permiso de los editores