En los entornos universitarios en línea, aprender deja de ser únicamente la acumulación de contenidos y se convierte en un ejercicio de autogestión y de lectura crítica de la propia trayectoria vital. La investigación de Sánchez-Doménech y Cabeza-Rodríguez (2024) sitúa el foco en dos principios cardinales de la andragogía de Knowles, la necesidad de saber y el papel de la experiencia, explorando cómo dialogan con los perfiles heterogéneos de quienes cursan un máster a distancia en educación secundaria.
El aula digital, en este sentido, funciona como un laboratorio de tensiones: entre lo prescrito por la estructura académica y lo que cada estudiante reconoce como significativo y aplicable a su vida profesional inmediata.
El hallazgo más sugerente del estudio es que la experiencia no opera de forma lineal: lejos de ser siempre una ventaja, puede convertirse en un filtro que matiza la manera en que se perciben las actividades formativas.
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Quienes acumulan vivencias previas en educación interpretan las tareas desde marcos ya consolidados, mientras que los estudiantes sin experiencia laboral reclaman más explícitamente actividades que conecten teoría y práctica, como si la carencia se transformara en motor de aprendizaje. En paralelo, la necesidad de saber aparece transversal a edades, géneros y situaciones laborales, confirmando que el estudiante adulto no tolera zonas grises: exige claridad en objetivos, expectativas y relevancia profesional desde el inicio del curso.
Este escenario obliga a repensar la llamada “andragogía digital” no como mera traslación de viejos principios a nuevas plataformas, sino como una relectura situada en la cultura de la hiperconexión y la multitarea. La enseñanza en línea, cuando se construye sobre el reconocimiento del bagaje personal y profesional de sus estudiantes, no solo mitiga el riesgo de abandono, sino que también transforma la experiencia educativa en un espacio de validación y proyección.
Así, la vigencia de los principios de Knowles no radica en su universalidad abstracta, sino en su capacidad de adaptarse a un ecosistema en el que la necesidad de saber y la experiencia se entretejen con los ritmos flexibles, las demandas laborales y la diversidad de trayectorias que caracterizan al alumnado del siglo XXI.
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Cómo citar: Sánchez-Domenech, I., & Cabeza-Rodríguez, M.- Ángel. (2024). Andragogía digital: necesidad de saber y papel de la experiencia en un Máster universitario en línea. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 27(2), 357–382. https://doi.org/10.5944/ried.27.2.38799
