En la práctica educativa, el aula rara vez es un espacio neutro: su arquitectura, las trayectorias profesionales de quienes enseñan y las culturas institucionales imprimen huellas en el modo en que se adoptan nuevas metodologías.
El estudio de Estévez-Méndez et al. (2024) ilustra con claridad esta idea al mostrar que la implementación del Flipped Classroom no depende únicamente de la voluntad pedagógica, sino de un entramado de factores contextuales que condicionan su alcance. Lejos de ser homogénea, la innovación metodológica se fragmenta en función del tipo de centro, la edad del profesorado o el área de conocimiento, revelando así una topografía desigual de la transformación educativa.
Este panorama abre un debate crucial: ¿hasta qué punto las metodologías activas pueden sostenerse si el ecosistema donde se aplican no está preparado para ellas? La investigación muestra que la juventud docente y la flexibilidad de ciertas disciplinas —como Inglés o Formación Profesional— favorecen la incorporación del modelo, mientras que otras áreas más estructuradas se resisten.
Tales hallazgos invitan a comprender la innovación no como un paquete metodológico universal, sino como un proceso situado que exige diálogo con las condiciones materiales, organizativas y culturales de cada institución.
Para docentes e investigadores, la lección principal reside en reconocer la necesidad de políticas de acompañamiento que contemplen estas diferencias. El Flipped Classroom, más que un simple cambio de roles entre aula y casa, requiere un andamiaje de recursos, formación continua y diseño de espacios que faciliten la participación activa. Si la pandemia enseñó que es posible alterar de forma abrupta las dinámicas escolares, este tipo de estudios recuerdan que la consolidación de una innovación depende de una mirada crítica hacia los contextos donde se despliega.
Así, la investigación no solo mide el grado de adopción, sino que también traza rutas para construir una cultura pedagógica capaz de integrar la flexibilidad, la equidad y la sostenibilidad en el corazón mismo del cambio educativo.
---
Cómo citar: Estévez-Méndez, J. L., Díaz Palencia, J. L., Sánchez Sánchez, A., & Roa González , J. (2024). Evaluación de variables contextuales en la implementación de la metodología Flipped Classroom en educación secundaria. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 27(2), 317–337. https://doi.org/10.5944/ried.27.2.38980
