Este artículo de García-Peñalvo, Llorens-Largo y Vidal funciona como una suerte de “radiografía acelerada” de lo que ha ocurrido en educación desde que la inteligencia artificial generativa, con ChatGPT como catalizador visible, irrumpió en la escena pública.
Los autores no se dejan arrastrar ni por el entusiasmo ingenuo ni por el catastrofismo fácil: sitúan la IA generativa en una doble clave muy sugerente: IA en la educación e educación en tiempos de IA, y recuerdan que muchas de las preocupaciones actuales (plagio, equidad, dependencia tecnológica, evaluación) ya existían antes; lo que ha cambiado es la potencia y la escala de las herramientas. A partir del marco de la UNESCO y de estrategias nacionales como la ENIA en España, sostienen que la cuestión ya no es si vamos a usar estas tecnologías, sino a qué velocidad seremos capaces de comprenderlas, gobernarlas e incorporarlas con sentido pedagógico.
Una de las aportaciones más valiosas del trabajo es que combina un mapa del “ecosistema GenAI” con una revisión rápida de la literatura académica internacional. No se limita a hablar de ChatGPT: clasifica familias de herramientas (generación de texto, imágenes, vídeo, audio, código, detección de texto generado por IA…) y muestra hasta qué punto ya existen soluciones con potencial educativo en prácticamente todas las modalidades de contenido.
A la vez, la revisión de estudios en Web of Science y Scopus revela un patrón muy claro: la educación se mueve entre la fascinación por las posibilidades (personalización, apoyo al feedback, generación de materiales, accesibilidad) y la inquietud por los riesgos (aprendizaje superficial, sesgos, inequidad, uso deshonesto, fiabilidad limitada de los detectores de texto generado por IA). El artículo destila estas tensiones en beneficios, riesgos y retos concretos, lo que lo convierte en una lectura especialmente útil para quien necesite orientarse rápidamente en medio del ruido.
Quizá el punto más incisivo del texto aparece cuando los autores señalan que “el emperador va desnudo”: la IA generativa no ha creado los problemas de nuestro modelo educativo, sólo los ha dejado al descubierto. Si una máquina puede realizar muchas de las tareas que usamos como evidencia de aprendizaje (redacciones, informes, respuestas ensayísticas), el desafío no es prohibir la herramienta, sino repensar qué significa aprender y cómo evaluarlo.
De ahí su defensa de no caer en prohibiciones simbólicas, sino en estrategias que combinen rediseño de la evaluación, desarrollo de pensamiento crítico, formación docente en IA y códigos éticos claros. El artículo cierra con una advertencia importante: el verdadero reto no es sólo tecnológico, sino temporal. La velocidad a la que aparecen nuevas herramientas desborda los tiempos habituales de la academia y de la regulación, de modo que la educación tendrá que aprender, también, a pensar y decidir más rápido si no quiere quedarse permanentemente reaccionando a posteriori.
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Cómo citar: García Peñalvo, F. J., Llorens-Largo, F., & Vidal, J. (2024). La nueva realidad de la educación ante los avances de la inteligencia artificial generativa. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 27(1), 9–39. https://doi.org/10.5944/ried.27.1.37716
