31 de diciembre de 2025

¿Qué hace que una app sea “buena” para aprender?

Este artículo de León-Garrido, Gutiérrez-Castillo, Barroso-Osuna y Cabero-Almenara pone el foco en una pregunta muy actual en educación superior: no basta con que existan miles de apps educativas; importa si los futuros docentes las aceptan, las entienden como útiles y se sienten capaces de usarlas con sentido pedagógico. 

Para ello, el estudio se apoya en el Modelo de Aceptación Tecnológica (TAM) y lo adapta al contexto universitario con estudiantes del Grado de Educación Primaria, precisamente un colectivo estratégico: quienes hoy son aprendices serán mañana mediadores de tecnología en el aula.

La investigación se articula con un enfoque cuantitativo ex post facto y una apuesta fuerte por la calidad del instrumento: 30 ítems en escala Likert organizados en cuatro dimensiones (utilidad percibida, actitud, autoeficacia y facilidad de uso), validados mediante análisis factorial exploratorio y confirmatorio. 

El trabajo ofrece, además, un retrato estadístico robusto: KMO muy alto, prueba de Bartlett significativa, y una consistencia interna global elevada (alfa de Cronbach alrededor de 0,95). La depuración del modelo, eliminando ítems para mejorar el ajuste, no se presenta como un “recorte” arbitrario, sino como un ajuste metodológico razonado que termina consolidando una versión más parsimoniosa sin perder fiabilidad.

En los resultados, el mensaje es claro y comunicable: los estudiantes muestran una aceptación muy alta de las apps móviles (media global cercana a 4,4/5), con percepciones positivas en utilidad, motivación, facilidad de uso y autoeficacia. La reseña crítica aquí no es “apps sí o no”, sino apps con condiciones: el propio artículo advierte sobre retos de acceso, infraestructura, requisitos técnicos y, sobre todo, calidad del contenido, recordando que la aceptación no garantiza automáticamente valor educativo. 

Aun así, su principal aportación es doble: aporta un instrumento validado para medir aceptación de apps en educación superior y refuerza una conclusión práctica para la formación inicial docente: integrar apps no solo puede facilitar aprendizajes concretos, sino también entrenar competencias digitales que el profesorado necesitará para enseñar y decidir en entornos cada vez más móviles.

---

Cómo citar: León-Garrido, A., Gutiérrez-Castillo, J. J., Barroso-Osuna, J. M., & Cabero-Almenara, J. (2025). Evaluación del uso y aceptación de apps móviles en educación superior mediante el modelo TAM. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 28(1), 107–126. https://doi.org/10.5944/ried.28.1.40988