El artículo propone una idea potente: en lugar de mirar el futuro de la universidad como una lista de “tendencias” sueltas (IA, microcredenciales, realidad virtual, etc.), plantea estudiar la “singularidad educativa”: esos rasgos diferenciales que hacen que ciertas instituciones destaquen y, sobre todo, se adapten mejor en un mundo incierto.
Para ello, los autores diseñan un modelo de análisis inspirado en los estudios de futurización (prospectiva) que permite detectar señales de cambio, ordenar la información y convertirla en criterios útiles para la toma de decisiones estratégicas en educación superior.
La investigación combina revisión de literatura (principalmente 2015–2020) y análisis cualitativo y cuantitativo. A partir de búsquedas en ERIC y Google Scholar identifican 25 tendencias asociadas a innovaciones pedagógicas y tecnológicas (desde aprendizaje basado en proyectos hasta IA, analíticas, entornos inteligentes o microcredenciales), y localizan un conjunto amplio de instituciones vinculadas a ellas.
Ese universo se depura hasta 55 organizaciones consideradas “inspiradoras” o líderes en algún aspecto: universidades, plataformas y modelos alternativos. Con todo ello, desarrollan una rúbrica para medir singularidad en tres grandes ámbitos (modelo formativo, gestión organizativa y experiencia de servicio) y la valoran con tres lentes: implementación (si está en piloto o institucionalizado), innovación (qué tan novedoso o transformador es) e impacto (qué efectos tiene y cómo reposiciona a la institución).
La aportación divulgativa clave es que el texto funciona como un “mapa” para que las universidades pasen de la intuición a un diagnóstico más sistemático: no se trata solo de adoptar tecnologías, sino de ver cómo se conectan cambios curriculares, organización interna y servicios al estudiante para crear propuestas con identidad propia y capacidad real de adaptación. Además, el trabajo abre debate: si el entorno será cada vez más volátil, la ventaja competitiva no es “seguir la moda”, sino construir mecanismos para revisar y ajustar continuamente el modelo universitario.
En ese sentido, la rúbrica se presenta como una herramienta práctica para comparar, aprender de referentes y orientar la innovación con criterio, no solo con entusiasmo.
---
Cómo citar: Lara-Navarra, P., Sánchez-Navarro, J., Fitó-Bertran, Àngels, López-Ruiz, J., & Girona, C. (2024). Explorando la singularidad en la educación superior: innovar para adaptarse a un futuro incierto. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 27(1), 115–137. https://doi.org/10.5944/ried.27.1.37675
