Este estudio demuestra que la implementación del aprendizaje colaborativo en entornos virtuales, si bien presenta múltiples beneficios cognitivos y socioemocionales, se enfrenta a retos importantes en términos de inclusión.
Los resultados revelan que el profesorado desempeña un rol central como facilitador no solo de los contenidos, sino también de la interacción, la accesibilidad y el acompañamiento emocional del estudiantado con discapacidad.
En la práctica, esto implica rediseñar las actividades colaborativas, diversificar los canales de comunicación, y flexibilizar las dinámicas grupales para promover la participación equitativa. Así, el estudio aporta evidencia útil para orientar políticas institucionales, estrategias pedagógicas y el desarrollo de recursos accesibles en universidades en línea.
En términos de aplicaciones, los hallazgos subrayan la necesidad de formación docente específica en accesibilidad digital, regulación emocional y pedagogía inclusiva, así como de fortalecer los vínculos entre los diseñadores de contenido, el personal técnico y el profesorado.
Las universidades pueden incorporar mecanismos de seguimiento y asesoría centrados en la participación inclusiva del estudiantado en actividades colaborativas, especialmente para aquellos con discapacidades no visibles o trastornos del neurodesarrollo.
Además, el estudio ofrece directrices claras para replantear la interacción en los foros, el uso de formatos multicanal y la personalización del acompañamiento docente, en favor de una experiencia de aprendizaje más equitativa.
Finalmente, este trabajo abre el camino a futuras investigaciones que amplíen la mirada hacia otros agentes educativos y hacia el propio estudiantado con discapacidad. Sería especialmente valioso explorar sus voces, percepciones y estrategias de afrontamiento, así como comparar distintos modelos institucionales que combinen aprendizaje asincrónico, sincrónico y presencial.
Asimismo, se identifican como líneas de investigación prioritarias el estudio de la autorregulación en entornos colaborativos digitales, el impacto de las medidas de accesibilidad en la cohesión grupal, y la evaluación de la efectividad de programas de formación docente en inclusión.
Estas investigaciones pueden contribuir a transformar el aprendizaje colaborativo en un verdadero motor de equidad en la educación superior en línea.
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Cómo citar: Reyes, J. I., & Meneses, J. (2024). ¿Es inclusivo el aprendizaje colaborativo? Estudio de caso sobre su implementación en una universidad en línea. RIED-Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 27(2), 83–101. https://doi.org/10.5944/ried.27.2.39072