14 de junio de 2023

La vida entre sexenios… Reflexiones por si llega el de transferencia

Escrito por Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán
Facultad de Educación. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Desde hace meses se lleva anunciando la publicación inminente de la primera convocatoria del sexenio de transferencia, elaborada a partir de la experiencia piloto de 2018. Parece que esta publicación ya va en serio, por lo que, en cualquier momento ─¡cinco años les ha hecho falta para diseñar la segunda convocatoria!─, desayunaremos leyendo el BOE. Independientemente de que se publique antes o después del verano, desde aquí ya sugerimos que afilen sus lápices y empiecen a preparar su solicitud. O, al menos, debemos valorar si disponemos de los méritos o no, además de aprender a transformar muchas de las acciones que desarrollamos para evidenciar su valor de transferencia.

Pero empecemos por recordar unos cuantos datos del proyecto piloto para ponernos en situación. La ANECA publicó en 2022 un documento de 100 páginas que puede ser el más importante para evaluar el valor de nuestras posibles aportaciones para el sexenio de transferencia: Análisis de la primera convocatoria del sexenio de transferencia de conocimiento e innovación, focalizado en los tipos de aportaciones. Previamente, en 2021, publicó otro informe también extenso (82 páginas) desde una perspectiva de género. Además, la ANECA ofreció un exiguo y decepcionante Excel con los resultados de la convocatoria piloto, clasificados únicamente por campo, sexo, comunidad autónoma y universidad.

Al igual que en el sexenio de investigación, en el de transferencia se exigían 5 aportaciones o méritos de transferencia en, al menos, 2 de los 4 bloques en los que organizan estas actividades en un tramo de 6 años. ¡Ah!, y se requería estar en posesión de un tramo de investigación reconocido.

La solicitud se debía presentar a partir de una memoria con una descripción extensa de cada uno de los 5 méritos, apoyada en evidencias de calidad. Hasta aquí, nada nuevo -salvo la descripción extensa-.

En la convocatoria piloto se presentaron 16.316 solicitudes, de las que, finalmente, obtuvieron este primer sexenio de transferencia 7.014 candidatos -lógicamente, tardaron mucho en resolver-. Pero ¿cuántos pertenecen a nuestro campo ‘Ciencias de la Educación’? El 39,4% frente a una media estuvo en 43% (todavía debemos mejorar). Continuando con los datos, ¿cuáles fueron los resultados en Ciencias de la Educación? En negrita se resaltan las puntuaciones más significativas que nos indican en qué tipo de actividades somos más fuertes (al menos, por ahora) y en cuáles aún tenemos un recorrido más escaso.

Nota. Jansa (2023) a partir de Castro Martínez et al. (2022).

Ninguna opción es imposible en nuestro campo; ahora bien, los datos aportan claves para conocer qué se ha valorado y dónde predominan nuestras acciones de transferencia. También nos indica que aún debemos aprender a demostrar que muchas de las actividades que realizamos son efectivamente transferencia de conocimiento. En este sentido, debemos tener claro que únicamente se reconocen los méritos presentados como transferencia si se dan las siguientes situaciones:

  • acciones de colaboración que se realizan fuera de la academia;
  • colaboración de ambas partes con aportación, reconocimiento e impacto.

Ambas situaciones hay que demostrarlas con evidencias. Para ello, se requiere exponer qué se ha llevado a cabo, por qué, para qué, cuándo, cómo, cuánto, dónde… A mayor concreción, mayores posibilidades de éxito en la evaluación de lo que presentemos en el sexenio. Además de aportar evidencias ligadas a esta actividad, que demuestren la “…trazabilidad y puesta en valor del uso de resultados de transferencia” (CRUE, 2021, p. 21). Deben ser acciones en las que se reconozca que se ha logrado un impacto social con repercusiones económicas, políticas, culturales o en las personas, es decir, que la aplicación del conocimiento ha logrado atender una necesidad (Armendariz et al., 2022).

En este proceso de valoración resulta clave la argumentación, por lo que debemos ser capaces de demostrar la utilidad social, económica… y su impacto real. En este punto es importante tener claro que no podemos utilizar el mismo discurso que en el sexenio de investigación, ni los mismos verbos. Estamos ante acciones aplicativas, no de indagación, experimentación, descubrimiento… Investigación y transferencia del conocimiento son actuaciones diferenciadas, por lo que hay que mostrarlas de forma diferenciada.

En cualquier caso, esta aplicación del conocimiento se puede llevar a cabo de diferentes formas, por lo que resulta interesante revisar lo que se valora en cada uno de los cuatro bloques en los que se organizó la primera convocatoria del Sexenio de Transferencia del Conocimiento. Advertimos de que en la próxima convocatoria puede haber modificaciones en cuanto a la organización de estos mismos bloques, aunque el contenido, independientemente de cómo esté estructurado, debería ser el mismo. Independientemente de ello, la experiencia de la convocatoria piloto nos ayudará a comprender el sentido y el contenido de las acciones de transferencia que fueron evaluadas positivamente en cada bloque, de las que se pueden derivar unas recomendaciones de cara a esta nueva convocatoria:

Bloque I: Transferir a través de la formación de investigadores

Méritos valorables:

  • Número de investigadores contratados en actividades de transferencia con cargo a proyectos de I+D+I
  • Tesis Industriales o en colaboración con empresa e instituciones
  • Actividades de emprendimiento, creación de Spinoff, personas contratadas en la empresa
  • Tesis y TFM realizados en cotutela con empresas

Recomendaciones:

  • Las calificaciones y las publicaciones no ayudan como indicio de calidad, mejor mencionar elementos de proyección externa y la participación de otras entidades como colaboradoras o financiadoras, incorporaciones a la empresa, etc.
  • Explicar la vinculación del resultado de la actividad con el avance científico-tecnológico, cultural, social… logrado

Bloque II: Transferir a través de actividades con otras instituciones

Méritos valorables:

  • Comisiones de servicio, excedencias, servicios especiales, comités de alta relevancia

Recomendaciones:

  • Importante:
    • la actividad debe corresponder con el perfil científico del investigador.
    • No deben incluirse en este bloque comisiones, excedencias, etc. ligadas a actividades docentes, investigadoras ni políticas
  • Resaltar la importancia de la actividad: prestigio de la entidad, avances logrados…
  • Incidir en la duración de la acción y su sostenibilidad
  • Destacar el impacto: elaboración de normas, buenas prácticas
  • Incidir, en su caso, en la internacionalidad de la acción

Bloque III: Transferir generando riqueza económica

Méritos valorables:

  • Facturación por royalties de patentes, licencia de obras científicas e ingresos por software registrado
  • Contratos con empresas y administraciones públicas
  • Ser creador de empresas
  • Patentes y resultados de investigación protegidos (aún sin explotación)

Recomendaciones:

  • Resaltar la relevancia del elemento licenciado, demostrar que estamos ante una necesidad relevante
  • Exponer el tipo de participación: IP, vinculación, la duración y tipo del contrato
  • Demostrar la calidad del trabajo, en el que debe prevalecer la capacidad de innovación
  • Exponer los resultados obtenidos por terceros: descripción técnica, el impacto en la entidad, demostrando que mejora su competitividad

Bloque IV. Transferir creando valor social

Méritos valorables:

  • Actividades de especial valor social:
    • Participar en convenios o contratos con agentes sociales y con la Administración.
      • Resolver problemas de los ciudadanos a través de ONG, asociaciones o administraciones públicas.
        • Protocolos, guías de actuación, códigos de práctica. Productos culturales, guías e intervenciones patrimoniales.
          • Participación en la elaboración de leyes y reglamentos (doble opción).
        • Publicaciones divulgativas:
            • Libros dirigidos al público, excluyendo los manuales docentes.
            • Difusión de la investigación en medios de comunicación audiovisuales.
            • Divulgación científica en materiales, eventos y en redes sociales.

              Recomendaciones:

              • Incluir actividades que hayan sido formalizadas o las que se pueda demostrar documentalmente.
              • No es suficiente argumentar aportando un contrato de artículo 83, sino demostrando el impacto logrado fuera de la academia.
              • Aportar datos de difusión, duración y financiación y número de intervenciones como indicadores de calidad:
                • Libros y artículos: publicaciones dirigidas específicamente a profesionales, catálogos de exposiciones, traducciones, ensayos introductorios para producciones artísticas, etc.
                • Informes técnicos o dictámenes para empresas, para la Administración, otros agentes sociales (sindicatos, patronales, asociaciones, ONG, organismos internacionales, etc.)
                • Guías, directrices, códigos deontológicos o códigos de prácticas profesionales, manuales, normativas, protocolos, reglamentos, programas de ordenador.
                • Bibliotecas de fondos o recursos bibliográficos, musicales, artísticos, patrimonio, etc. catalogados; observatorios, barómetros científico-técnico, vídeos tutoriales, aplicaciones o software de uso profesional.
                • Colaboración en medios de comunicación social (prensa, radio y televisión).
                • Blogs para la difusión de contenidos científicos y técnicos.

               No obstante, no solo se trata de tener esos méritos, sino de saber demostrar el valor de su impacto. Por ello, resulta crucial cómo lo expongamos y los datos que aportemos, lo que exige saber explicar la interacción mantenida con los grupos destinatarios, además del resultado. Para ello debemos tener en cuenta:

              • La identificación de los grupos objetivos (afectados o beneficiados)
                • El problema de partida y tipo de impacto buscado
                • Cambio producido y grado de madurez (sucedido o en desarrollo)
                • Ámbito del impacto (ecológico, social, económico, cultural) y alcance geográfico
                • Datos para la cuantificación y verificación
                Por último, también es importante aprender de los errores que se cometieron en la convocatoria piloto, entre los que destacamos:
                • Presentar aportaciones de carácter investigador, con predominio de expresiones como analizar, descubrir, indagar.
                • Establecer la investigación como objeto principal del proyecto, dejando en un segundo plano la actividad de transferencia, sin mencionar el impacto sobre los afectados por el problema.
                • Mencionar a las otras entidades participantes como entidades investigadoras, y a la publicación científica como resultado e indicador de calidad.
                • Redactar solicitudes demasiado breves.
                • Destacar el resultado de la investigación por encima de su aplicación práctica con impacto concreto sobre un colectivo.
                • Presentar aportaciones individuales de entidad media o baja, cuando podrían ser agrupadas con un elemento común. Las aportaciones tipo “racimo” son mejor valoradas que una misma acción troceada para justificar varias aportaciones.
                • Presentar acciones no reconocidas por ANECA: participación en el sector editorial (editores de revistas científicas), acciones derivadas de cargos de responsabilidad política, publicación de libros o colaboración con expertos.
                • Señalar como indicios de calidad el prestigio de las entidades financiadoras vs. focalizar la argumentación sobre los destinatarios específicos de la aportación y la utilidad recibida por estos.

                En definitiva, a la espera de la publicación de la primera convocatoria del sexenio de transferencia del conocimiento (o segunda, si contamos la convocatoria piloto), independientemente de las modificaciones que incluya, animamos a comenzar a trabajar en la identificación de los cinco méritos que se requieren y, especialmente, a redactar la argumentación sobre el problema social, cultural, económico, tecnológico… abordado, el resultado e impacto logrado, la formalización de esa acción y el seguimiento y sostenibilidad de esta… A la vez, es fundamental recoger los indicios de calidad que avalen documentalmente cada uno de los méritos seleccionados, pues es una tarea laboriosa y que lleva su tiempo. Y… ¡suerte a todos!

                Nota: agradecemos especialmente a Sixto Jansa, Director de la OTRI de la UNED, por su magnífica sesión centrada en la preparación del Sexenio de Transferencia, sin la cual esta entrada no hubiera sido posible.

                Referencias

                Armendariz, E., Tarango, J., y Machin Mastromatteo, J.D. (2022). Modelo de transferencia de conocimiento para vincular instituciones de educación superior en ciencias sociales y humanidades con entidades sociales. IE Revista de Investigación Educativa de la REDIECH, 13, e1491. https://doi.org/10.33010/ie_rie_rediech.v13i0.1491

                Castro Martínez, E., Cañibano Sánchez, C., Giménez Toledo, E., Olmos Peñuela, J., y Perruchas, F. (2022). Análisis de la primera convocatoria del sexenio de transferencia de conocimiento e innovación, focalizado en los tipos de aportaciones. ANECA. https://www.aneca.es/web/guest/transferencia

                CRUE (2021). Universidad 2030 Propuesta para el debate. https://www.crue.org/wp-content/uploads/2021/11/CRUE_UNIVERSIDAD2030_VERSION-DIGITAL.pdf

                Jansa, S. (2023, 11 de mayo). Preparación Sexenio de Transferencia. Facultad de Educación. [Presentación]

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                Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores