El jueves 31 Marzo de 2022 se publicaba una noticia en la página de FECYT (https://calidadrevistas.fecyt.es/) con el título “Comienza la Renovación del Sello de Calidad de Revistas Científicas 2022”, que reproducimos a continuación.
Desde FECYT, hemos comenzado el proceso de Renovación del Sello de Calidad de Revistas Científicas de 2022, un proceso que se realiza de oficio conforme a lo dispuesto en las bases en vigor (VII Convocatoria), sin que tenga que mediar ninguna acción por parte de las revistas a evaluar. Este año, junto con la evaluación del impacto y la visibilidad, que determinará si la revista renueva el sello o no, también se procederá a evaluar las Buenas Prácticas en Igualdad de Género, indicador implementado en la anterior convocatoria de evaluación. Para obtener esta mención o renovarla, las revistas deberán cumplir los siguientes puntos:
- Existencia de un porcentaje mínimo del 40% de mujeres en la composición de los siguientes órganos, medidos de forma conjunta: Dirección, Secretaría de Redacción, Consejo de Redacción, Comité Editorial o Consejo Asesor
- Existencia de un porcentaje mínimo del 40% de mujeres como revisoras de los trabajos enviados a la revista
- La política editorial de la revista incluye recomendaciones específicas a favor del uso de lenguaje inclusivo en los artículos científicos
- La revista incluye el nombre completo de los/as autores/as de los trabajos que publica
- La revista informa sobre si los datos de origen de la investigación tienen en cuenta el sexo, con el fin de permitir la identificación de posibles diferencias
Estos puntos serán evaluados con la información que contengan las revistas en su web. Hasta entonces, las revistas pueden subir o modificar información que consideren necesaria, como añadir la lista de revisores del año anterior para poder calcular el porcentaje de las revisoras que han participado en la evaluación de trabajos, información que en la pasada convocatoria se obtuvo del listado proporcionado por las revistas para evaluar el arbitraje científico en la VII convocatoria, que correspondería a 2021.
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Así, queremos dar unos pequeños consejos a las revistas que conviene tener hechos para “anteayer”.
1. La página web de la revista debe mostrarse “limpia” y actualizada, mostrando de manera visible aquellos requisitos que se tendrán en cuenta para la actualización.
2. Se señala la necesidad de un porcentaje superior al 40% en el número de mujeres en los siguientes órganos de gestión de la revista: “Dirección, Secretaría de Redacción, Consejo de Redacción, Comité Editorial o Consejo Asesor”. Queremos recordar que la primera vez que aparece este indicador de igualdad de género es en la convocatoria del sello 2020, en los siguientes términos: “La Incorporación de la Mención en Prácticas Editoriales en Igualdad de Género. Ésta será otorgada a las revistas que aprueben el proceso de evaluación y cumplan con todos los ítems del indicador voluntario de buenas prácticas en igualdad de género”.
Se mencionaban entonces estos mismos criterios, y se señalaba que la revista obtendría la mención si cumplía dos de los cinco requisitos del listado:
· Existencia de un porcentaje mínimo del 40% de mujeres en la composición de los siguientes órganos, medidos de forma conjunta: Dirección, Secretaría de Redacción, Consejo de Redacción, Comité Editorial o Consejo Asesor. · Existencia de un porcentaje mínimo del 40% de mujeres como revisoras de los trabajos enviados a la revista. · La política editorial de la revista incluye recomendaciones específicas a favor del uso de lenguaje inclusivo en los artículos científicos. · La revista incluye el nombre completo de los/as autores/as de los trabajos que publica. · La revista informa sobre si los datos de origen de la investigación tienen en cuenta el sexo, con el fin de permitir la identificación de posibles diferencias.
Hubiese sido conveniente ir haciéndolo este año, sobre todo el referido a los revisores/as, que es necesario planificar con mucho tiempo.
Queremos señalar la dificultad que tenemos desde las revistas en ocasiones para encontrar revisores especializados, y nos cuestionamos ¿realmente hemos de priorizar el equilibrio numérico en cuestión de género frente a la competencia especializada de mujeres y hombres que realizan las tareas de revisión de manuscritos?
3. El indicador referido al lenguaje inclusivo se cumple en la mayoría de los casos, pero quizá no se haya hecho explícito en la página. La pregunta nos surge si se tendrá en cuenta únicamente hacerlo explícito, o se comprobará, y ¿se tendrá en cuenta esta inclusión en sentido amplio o únicamente referida al género?
4. El nombre completo de los autores y autoras de cada artículo debe estar bien visible. Es conveniente claro, porque de esta manera facilitaremos al autor/a que va a citarnos que pueda adaptarse a los distintos formatos de citación de cada una de las revistas, pero en este caso el objetivo es visibilizar a la mujer, y es verdad que si nos llamamos Carmen o María, puede ser de interés en este sentido, pero ¿y si te llamas Práxedes, Asunción o Gael?, por mencionar algunos nombres considerados unisex.
5. Y por último, es necesario visibilizar si la investigación incluye la variable sexo de manera específica. En los artículos donde esta variable es parte de nuestro análisis, no sabemos cómo conviene hacerlo, ¿separarlos con una lista de control?
Así, esta convocatoria nos genera una serie de interrogantes a los que no sabemos cómo dar respuesta, quizá porque nos cuestionamos como punto de partida si estas pautas consideradas como buenas prácticas en igualdad de género abordan soluciones efectivas para visibilizar el trabajo de la mujer en la investigación y si son abordables desde los equipos editoriales, manteniendo la calidad en la publicación y edición científica.
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Tomado de Aula Magna 2.0 con permiso de sus editores
